"Primer día de clases para la generación del '75"

"Primer día de clases de primer grado en la escuela Nro. 19 "Cmte. Luis Piedrabuena", ubicada en la esquina de Roca y Magallanes. Antonio comenzaba la salita de 4 en la escuela Nro. 15. Esto fue en marzo de 1982, en Río Gallegos.

Días después, en abril, y cuando Nicolás todavía no tenía un año de edad, las maestras nos enseñaban a escondernos debajo de los pupitres y Defensa Civil le daba este silbato a mi papá para alertar a los vecinos del barrio, en caso de necesidad.

No tengo memorias específicas de mi primer día de clases. Seguro estaba nervioso. Siempre tuve vergüenza de quedar expuesto frente a mis compañeritos/as; yo era más alto y también usaba anteojos. Alguna vez ese año, esa vergüenza me impidió pedir permiso para llegar al baño a tiempo.

Si recuerdo que ese mes me sacaron de la fila cuando me vinieron a buscar porque mi abuela, que estaba internada, había fallecido. También tengo grabado, en familia llevar tortas de bizcochuelo hasta la estancia Güer Aike. Había mucha gente y había muchas tortas y ropa para los soldados.

Me acuerdo de los transportes "Carrier" desfilar frente a casa, por la ruta 3; de las cintas adhesiva tapando casi por completo las luces de los autos, y de la voz del señor que leía los comunicados de la Junta, por el Canal 9.

Una última cosa que creo retener es que, por el trabajo mi papá, que en ese entonces tenía 28 años, debían pintar, o camuflar, los tanques de YPF de la planta de almacenaje.

Muchos tuvimos seis años en Río Gallegos en 1982, y alguno tendrá más recuerdos y más nítidos que los míos. Estoy seguro de que ese año nos marcó a muchos. En mi caso, tendría que pasar algún tiempo más para concientizarme y apropiarme de la experiencia de la guerra de Malvinas, y de la idea de que la soberanía nacional se defiende como lo hicieron nuestros soldados, y de muchas otras formas. 

Ser soberanos significa no tener que responder a una autoridad superior y poder elegir nuestro camino como pueblo. La soberanía, y un pueblo libre, se construye con educación, salud, trabajo y civismo, en las escuelas, las calles, las fábricas, las urnas, y de las fronteras afuera, en donde la defensa de los intereses del pueblo, de los argentinos, lo requiera. La soberanía del estado permite la libertad democrática.

Conocí la historia del silbato recién ahora en 2022, con 46 años, cuando Marina me compartió una foto. A cuarenta años de la guerra de Malvinas, y viviendo a más de diez mil kilómetros de distancia, estoy convencido de que nuestra generación de 1975 de Río Gallegos, donde se encuentre el día de hoy, sigue emocionándose y enorgulleciéndose de todos los protagonistas populares de la gesta de 1982." 

                                                         Dr. Carlos Lisoni ( Twitter: @CarlosLisoni1)