Antonio "el maestro" Godoy: un vecino "incansable y solidario" Hoy Río Gallegos despide a un hombre generoso, emprendedor, sociable, hincha del rojo y ferviente militante peronista que, sin dudas, dejó huella en la ciudad.
"Era un hombre muy generoso, de corazón noble", así lo definen aquellos que tuvieron el placer y el honor de conocer al reconocido vecino de Río Gallegos, don Antonio Alfonso Godoy, más conocido como "el maestro", que lamentablemente falleciera el pasado 26 de septiembre a los 81 años, a causa de coronavirus.
Nacido el 1 de noviembre de 1938 en Belén, provincia de Catamarca, provenía de una familia trabajadora y tuvo una madre que desde niño, le inculcó los valores y principios que durante el resto de su vida puso en práctica.
Fanático de Independiente y peronista de pura cepa, abandonó su tierra natal a sus jóvenes 16 años para arribar a la capital santacruceña con la esperanza de forjar un futuro mejor.
Tras realizar distintas "changas" y aprender varios oficios para llevar el pan a la mesa, consiguió su primer trabajo formal en la Armada como personal de Marina, en donde se dedicaba a reparar cualquier tipo de desperfecto técnico en las embarcaciones, hacer las maniobras de amarre, entre otras tareas. Luego cambió de funciones y se desempeñó como sastre en donde se lució con los uniformes que confeccionaba y su talento para la costura.
Durante una salida nocturna, el destino puso en su camino a Otilia del Carmen Muñoz, de nacionalidad chilena (ya fallecida), y abandonó sus viajes en altamar por amor y el deseo de formar una familia. Contrajo matrimonio y tuvo a cinco de sus seis hijos (Fabián, Claudio, Rosana, Daniel, Pablo, Vanina y Carlos).
Más adelante trabajó en la Municipalidad de Río Gallegos como mayordomo y chofer del entonces intendente y también en el Correo Argentino dentro del área de mantenimiento. Férreo defensor de sus ideales políticos, militó activamente dentro del Partido Justicialista y colaboró con varias campañas durante las candidaturas de Arturo Puricelli, Ricardo Jaime del Val, Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner, Alicia Kirchner, entre otros políticos destacados santacruceños. También colaboró con la Parroquia "Sagrado Corazón de Jesús" y fue miembro del Centro de Residentes Catamarqueños en Río Gallegos.
Asimismo, "el tata" -como lo apodaban sus 14 nietos y 3 bisnietos- fue creador de los históricos bailes que se realizaban en las instalaciones del Hispano Americano (las famosas 24 horas y 36 horas) a mediados de los 80. Alegre, sociable, extrovertido y amante de la música, organizó varios eventos artísticos e incluso formó su propia banda de cumbia llamada "Los del Trópico".
Sus últimos días
Tras haberse jubilado de Vialidad Provincial en donde se desempeñó como letrista, atendía a sus clientes en el local ubicado en la calle Buenos Aires al 500 donde pintaba carteles y pasacalles. Con su auto rojo inconfundible, su voz y estilo único, y sus altoparlantes, dedicó sus últimos años de vida a la publicidad callejera y a vender locro casero, lo que lo volvió aún más popular entre los vecinos de la ciudad. "Fue una persona incansable", querida por gran parte de la comunidad, que cosechó un sinfín de historias y anécdotas pintorescas gracias a su carisma y labor en distintos lugares. Y hoy, pese a que su ausencia física se hace notar, sus familiares y amigos serán quienes mantengan vivo su legado y su memoria.
Escrito con mucho afecto y respeto para la familia Godoy - Alvarado - Valdez -Bustamante, por Nazarena Mosquera (5/10/2020).
"Era un hombre muy generoso, de corazón noble", así lo definen aquellos que tuvieron el placer y el honor de conocer al reconocido vecino de Río Gallegos, don Antonio Alfonso Godoy, más conocido como "el maestro", que lamentablemente falleciera el pasado 26 de septiembre a los 81 años, a causa de coronavirus.
Nacido el 1 de noviembre de 1938 en Belén, provincia de Catamarca, provenía de una familia trabajadora y tuvo una madre que desde niño, le inculcó los valores y principios que durante el resto de su vida puso en práctica.
Fanático de Independiente y peronista de pura cepa, abandonó su tierra natal a sus jóvenes 16 años para arribar a la capital santacruceña con la esperanza de forjar un futuro mejor.
Tras realizar distintas "changas" y aprender varios oficios para llevar el pan a la mesa, consiguió su primer trabajo formal en la Armada como personal de Marina, en donde se dedicaba a reparar cualquier tipo de desperfecto técnico en las embarcaciones, hacer las maniobras de amarre, entre otras tareas. Luego cambió de funciones y se desempeñó como sastre en donde se lució con los uniformes que confeccionaba y su talento para la costura.
Durante una salida nocturna, el destino puso en su camino a Otilia del Carmen Muñoz, de nacionalidad chilena (ya fallecida), y abandonó sus viajes en altamar por amor y el deseo de formar una familia. Contrajo matrimonio y tuvo a cinco de sus seis hijos (Fabián, Claudio, Rosana, Daniel, Pablo, Vanina y Carlos).
Más adelante trabajó en la Municipalidad de Río Gallegos como mayordomo y chofer del entonces intendente y también en el Correo Argentino dentro del área de mantenimiento. Férreo defensor de sus ideales políticos, militó activamente dentro del Partido Justicialista y colaboró con varias campañas durante las candidaturas de Arturo Puricelli, Ricardo Jaime del Val, Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner, Alicia Kirchner, entre otros políticos destacados santacruceños. También colaboró con la Parroquia "Sagrado Corazón de Jesús" y fue miembro del Centro de Residentes Catamarqueños en Río Gallegos.
Asimismo, "el tata" -como lo apodaban sus 14 nietos y 3 bisnietos- fue creador de los históricos bailes que se realizaban en las instalaciones del Hispano Americano (las famosas 24 horas y 36 horas) a mediados de los 80. Alegre, sociable, extrovertido y amante de la música, organizó varios eventos artísticos e incluso formó su propia banda de cumbia llamada "Los del Trópico".
Sus últimos días
Tras haberse jubilado de Vialidad Provincial en donde se desempeñó como letrista, atendía a sus clientes en el local ubicado en la calle Buenos Aires al 500 donde pintaba carteles y pasacalles. Con su auto rojo inconfundible, su voz y estilo único, y sus altoparlantes, dedicó sus últimos años de vida a la publicidad callejera y a vender locro casero, lo que lo volvió aún más popular entre los vecinos de la ciudad. "Fue una persona incansable", querida por gran parte de la comunidad, que cosechó un sinfín de historias y anécdotas pintorescas gracias a su carisma y labor en distintos lugares. Y hoy, pese a que su ausencia física se hace notar, sus familiares y amigos serán quienes mantengan vivo su legado y su memoria.
Escrito con mucho afecto y respeto para la familia Godoy - Alvarado - Valdez -Bustamante, por Nazarena Mosquera (5/10/2020).
