"Grasso me pidió que milite para limpiar su imagen después del Juicio a Maldonado, y cuando le dije que no, me echó"
Roxana, madre de una de las vÃctima de abuso sexual de Emilio Maldonado, contó que luego del juicio y la condena a 16 años de prisión del compañero de fórmula del intendente, él mismo le ofreció trabajo, y al mes le pidió que milite para él. Ella no lo hizo, y luego de que Grasso ganó las elecciones la echaron. Roxana demostró su gran preocupación tanto de ella como de las otras familias de vÃctimas, ya que Maldonado habrÃa pedido prisión domiciliaria.
El caso estremeció a Santa Cruz: Emilio Maldonado, un hombre con vÃnculos con el poder, el amigo del intendente Pablo Grasso y, además, Presidente del Concejo Deliberante de RÃo Gallegos, fue condenado a 16 años de prisión por abuso sexual. Pero, lejos de encontrar justicia plena, una de las madres denunciantes, Roxana, Brindó una entrevista en exclusiva para Infomedia 24, donde asegura haber sido vÃctima de un nuevo tipo de violencia: la polÃtica. Y apunta directamente contra el intendente de RÃo Gallegos.
"Grasso me ofreció trabajo después del juicio, me dijo ‘es hora de que vos y tus hijas estén bien'. Acepté, porque necesitábamos estabilidad. Pero al mes me pidió que vuelva a militar con él. Me dijo que su imagen habÃa quedado manchada por el caso Maldonado, y que yo podÃa ayudarlo a limpiarla. Le dije que no. No podÃa estar con gente que me atacó públicamente y nunca pidió disculpas. A los seis meses, después de que ganó las elecciones, me echó."
El relato expone una práctica de vieja data: el uso del aparato estatal como mecanismo de castigo o premio según conveniencia polÃtica. Pero en este caso, se trata de una mujer que solo buscaba rehacer su vida tras haber atravesado un juicio por abuso contra su hija menor.
"No recibimos contención del Estado. En la sentencia se ordenó ayuda psicológica y económica para mi hija, pero nunca llegó. Golpeé puertas por todos lados. Nadie me ayudó. Ni en Niñez, ni en ninguna SecretarÃa. Me sentà sola", denuncia.
DÃas atrás, un medio local le informó que el condenado habÃa pedido prisión domiciliaria por una supuesta enfermedad terminal. "Me enteré por los periodistas. Mi hija también. Se puso mal. Tuvimos que explicarle todo de nuevo, con la psicóloga. Ella todavÃa arrastra la culpa. Siente que si no hubiera hablado, él habrÃa muerto con su madre afuera. Y eso es porque el Estado no la acompañó como debÃa."
La madre asegura que hay al menos seis vÃctimas más, y muchas otras que no se animan a hablar. "Mi hija salvó vidas. Pero la dejaron sola. Y a mÃ, el intendente me usó. Me pidió que ponga mi cara para limpiar la suya. Cuando no quise ser parte de eso, me dejó sin trabajo."
El testimonio, estremecedor y contundente, vuelve a poner el foco en cómo las estructuras de poder no solo encubren a los abusadores, sino que castigan a quienes se atreven a denunciarlos. "No quiero más silencio. Que se sepa quién es quién. Y que el Estado deje de mirar para otro lado." (Infomedia24)