Un insólito y hasta hilarante episodio le tocó vivir a un grupo de hinchas argentinos y fueguinos en el estadio Spartak de Moscú, cuando fornidos guardias de seguridad les obligaron a desplegar sus banderas antes de ingresar a ver el partido de Argentina e Islandia, primer partido de la fase preliminar del Campeonato Mundial Rusia 2018.

Este sábado, el conjunto de Messi y compañía se medía frente al discreto equipo nórdico -primera participación de su historia en un Mundial-, match que culminó en empate 1-1. Miles de fans nacionales se apersonaron en la cancha donde, munidos de cornetas, bombos y banderas, sólo pensaban en entrar para comenzar a cantar el clásico "El que no salta es un inglés", o "Vamos vamos Argentina, vamos vamos a ganar".

Sin embargo, menuda sorpresa se llevaron cuando fueron "demorados" por el personal de seguridad ruso en la puerta del estadio donde, tras un confuso intercambio -producto de la barrera idiomática-, se vieron obligados a desplegar y entregar la bandera que portaban, por estar en "contravención".

El tema es así: las autoridades consignaron que toda bandera, al margen de la inscripción o leyenda que ésta llevase, no debía exceder los 2 metros de largo por 1,5 de ancho. En un principio, el cortocircuito se generó porque la "torcida" fueguina entendía que, para el lungo agente de seguridad local, la bandera contenía alguna inscripción "ofensiva o discriminatoria". Algo ilógico y que descolocaría a cualquiera, ya que en ésta sólo se leía: "USHUAIA - 16.000 km. de PASIÓN".

Todo fue aclarado momentos después, y el suceso no pasó a mayores. Una nota de color más de esta pintoresca edición de Copa Mundial de Fútbol, donde los argentinos esperan una levantada del equipo, tras la pobre actuación desplegada ante uno de los equipos más débiles de los 32 que participan de la contienda. (Infofueguina)